
Prevenir y erradicar el trabajo infantil.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2003), a través de su estudio denominado INVERTIR EN TODOS LOS NIÑOS - Estudio económico de los costos y beneficios-, demostró “que existe un fuerte vínculo entre la pobreza de los hogares y el trabajo infantil, y que el trabajo infantil perpetúa la pobreza durante generaciones, dejando a niñas y niños fuera de la escuela y limitando sus posibilidades de acceder a un trabajo decente en el futuro”.
Prevenir el embarazo en niñas y adolescentes entre 10 a 19 años, garantizando el acceso a servicios de salud sexual y salud reproductiva.

El embarazo adolescente se configura como uno de los mayores desafíos sociales, políticos y económicos que tienen los países de América Latina y el Caribe. Cuando una adolescente se convierte en madre, sus derechos sexuales y reproductivos, sus derechos a la salud y educación, entre otros, se ven vulnerados a corto plazo con graves consecuencias en el mediano y largo plazo.
Prevenir y erradicar la violencia asegurando mecanismos integrales de restitución de derechos.

La violencia “produce consecuencias directas o indirectas que dañan, limitan o impiden el ejercicio pleno de los derechos humanos y las posibilidades de desarrollo de capacidades y potencialidades de individuos, grupos, instituciones, sociedades, así como también genera efectos perjudiciales en el medioambiente y en la economía de los Estados” (Organización Panamericana de la Salud, 2014)